Desde la Pista del Acebiñal, si vienes desde la carretera dorsal TF-24, en su km. 2,1 aproximadamente, verás que comienza, ascendiendo, a la izquierda, la Pista de Los Barriales.
De aproximadamente 1 kilómetro de largo, guarda en sus alrededores lo que en apariencia debió ser hace décadas una zona de entrenamiento para motos de trial. La pista va a desembocar, aproximadamente, en el kilómetro 12 de la TF-24, muy cerca de la Pista de Huelgues, a unos escasos 100 metros.
Cuando inicies la pista, a unos 200 metros, verás que continua de frente, enseguida se cierra por la vegetación y no tiene salida. Es la gran pendiente de la derecha por donde debes subir.
Ese es el reto de Los Barriales: unos 800 metros con un gran porcentaje de subida, donde debes emplearte a fondo y dar los restos, si vas en bicicleta.
En total, asciendes desde los 1.110 metros hasta los 1.200 metros, es decir, casi 100 metros de pendiente en menos de 800 metros de distancia.
Uso habitual de la Pista de Los Barriales
Seamos honestos, el uso de esta pista no suele ser el de subir para retarte físicamente, aunque no hay ciclista habitual de la zona que no lo haya intentado, lo mismo que con la Pista Las Goteras. El uso real es el de bajar por los senderos que hay a sus laterales.
Concretamente, bajando, a tu izquierda. El primero comienza casi justo enfrente de la entrada a Huelgues en la TF-24. Justo al lado de la valla y cogiendo por el barranquillo. El sendero suele verse apenas entras unos metros porque suelen romperlo o entorpecerlo.
Este primer tramo es corto pero muy divertido. Hoy en día, los fines de semana, suele haber gente transitándolo así que mucho cuiddado. Sé respetuoso para que no te pongas más impedimentos. (Y sí, esto no está permitido hacerlo, pero tampoco estás haciendo daño a nadie.)
El segundo tramo comienza una vez llegas a Los Barriales y avanzas unos 200 metros, aproximadamente, justo antes de iniciar la fuerte pendiente de esta pista. Verás que, de frente, paralelo al barranquillo, baja un sendero serpenteante.
Es un descenso peligroso, sinuoso pero muy técnico, con un desnivel de un par de metros a tu izquierda. Marca una pendiente pronunciada y en invierno ese como un tobogán donde sí o sí te vas a caer, especialmente en la última parte antes de enlazar con El Acebiñal.
El sendero es un buen reto para subir, con terreno seco y una buena eléctrica. O para entrenar piernas para los del trail running. Si lo recorres andando podrás ver las lomas y sendas de lo que podría ser un antiguo circuito, reconocido o no, de trial. O eso es lo que parece. Sin duda la zona ha sido profundamente utilizada durante épocas anteriores.
Hay etapas en las que ambos senderos están entorpecidos con ramas, árboles. Podría ser por caída natural pero generalmente porque senderistas o agentes de medio ambiente los ponen de manera intencionada, suponen ellos (y ellas) que para entorpecer el uso de bicicletas, sin saber que están provocando una posible caída grave.
E, insisto, sé que no está permitido porque simplemente el Cabildo no ha querido regular el uso de los senderos, como en la mayor parte de los países europeos, por simple comodidad de su personal. Pero que esté escrito en el papel no significa que se cause un daño, mal o perjuicio, ni para terceros -salvo que hagas el cabra y no respetes al resto de usuarios de monte- ni para el medio, por mucho que alguna Fundación que otra haga fotos falsas de escorrentías de aguas achacándolas a rodaderas de bicicletas.
No puedo decir lo mismo de las motos de trial. Ahí, lo siento, sí es verdad que hay un efecto mucho más impactante. Pero la rueda de una bicicleta causa tanto desgaste como las botas de los grupos de senderistas que llevan los guías los fines de semana.
No se dice en este blog que incumplas la Norma. Lo que se dice es, la Norma puede estar equivocada (está equivocada) y se puede mejorar (pero no se quiere, por comodidad).
Además, ten en cuenta lo siguiente. Si es legal ir por senderos, la responsabilidad ante una caída es de quién gestiona ese sendero. Un sendero mal mantenido podría acarrear una denuncia al Ayuntamiento o al Cabildo, con los problemas consecuentes para el técnico o político que toque.
Ahí reside la verdadera razón de todas las prohibiciones. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Haz clic en el mapa para abrirlo en OpenStreetMap.
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